Casi un siglo y medio después el Cuchi Leguizamón y Manuel J. Castilla dedican a Juan Riera la Zamba del panadero a quien parecía estar mas gustoso fiando que facturando. El estribillo dice
Como le iban a robar
ni queriendo a don Juan Riera
si a los pobres les dejaba
de noche, la puerta abierta.
De la mixtura de una arenga y una zamba devino una pieza titulada Soldados: yo no permito
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