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viernes, 30 de septiembre de 2016

-3- EL CLUB DE LA SERPIENTE




Capítulos 10 y 11  Club de la Serpiente, Hora 0

Las nubes aplastadas y rojas sobre el barrio latino
de noche,
el aire húmedo con todavía algunas gotas de agua que un viento
desganado
tiraba contra la ventana malamente iluminada,
los vidrios sucios,
uno de ellos roto y arreglado con un pedazo
de esparadrapo rosa.
Más arriba, debajo de las canaletas de plomo,
dormirían las palomas también de plomo,
metidas en si mismas,
ejemplarmente antigárgolas.

Protegido por la ventana el paralelepípedo
musgoso
oliente a vodka y a velas de cera, a restos de guiso
y a ropa mojada,
vago taller de Babs ceramista y de Ronald
músico,
sede del Club, pedazos de lápices y alambre por el suelo,
sillas de caña,
un disco viejo con un áspero fondo de pua,
un raspar crujir crepitar incesante
Bix y Eddie Lang sus dos nadas
se batían corneta contra guitarra.

Gregorovius entrecerradamente distinguía el rincón
donde Ronald y Wong pasaban los discos,
Olivera y Babs en el suelo apoyados en una
manta esquimal,
él oscilando cadencioso
en el tabaco,
perdida de vodka y alquiler vencido,
Babs.
La Maga vino a sentarse
con un cigarrillo en la boca.
-Lucía, a mi me suena
raro el Uruguay-

Entre el humo los labios de Olivera se movían
en silencio,
hablaba para adentro,
hacia atrás,
a otra cosa que retorcía imperceptiblemente
las tripas de Gregorovius
no sabía porque, a lo mejor esa como ausencia de Horacio
era una farsa,
le dejaba a la Maga
para que jugara un rato
pero él seguía ahí, hablándose con ella
entre el humo y el jazz.








Capítulo 18  El desorden triunfaba 

I could sit right here and think a thousand miles away,
I could sit right here and think a thousand miles away,
Since I had the blues this bad, I can´t remember the day...

No  ganaba nada con preguntarse
que hacía allí a esa hora y con esa gente,
los queridos amigos tan desconocidos ayer y mañana,
las mismas sombras para las mismas velas verdes.
La sbornia en su momento más alto,
vodka dudoso, horriblemente fuerte.

Si todo eso fuera extrapolable,
si todo eso que estaba ahincado y mordiendo,
si todo eso no estuviera ahí para alguien,
si de todo eso títeres, titiriteros, 
se saltara a una cigarra de paz
o un grillito de contentamiento.

Si se pudiera entrar por cualquier puerta
hacia un jardín alegórico para los demás,
y si pudiera cortarse una flor
y esa flor fuera la Maga, Wong o Babs,
a lo mejor todo eso no era más
que una nostalgia del paraíso terrenal.



Resbaló un poco más y vio con claridad tanto como quería
En el suelo o el techo o debajo de la cama
había estrellas y restos de eternidad flotando
poesías cual soles, gatos, femeninas caras,
la blasfemia coexistía con la pura mención de las esencias,
contra escolopendras las hormigas batallaban
y todo eso crecía y era una música atroz
era más que el silencio en las casas afelpadas.
El desorden triunfaba.

Corría por los cuartos con los pelos colgando en mechones astrosos,
los ojos de vidrio, las manos llenas de barajas que no casaban,
mensajes donde faltaban las firmas y los encabezamientos,
lo más vil del lunfardo y una clara imagen se trenzaban,
el suelo estaba lleno de pantalones tirados,
de manzanas podridas, de vendas manchadas,
en la mesa los platos de sopa se enfriaban,
con pedazos de vidrio el presente se afeitaba.
El desorden triunfaba.

No estaba tan borracho como para no sentir
que había hecho pedazos su casa
que dentro de él en su sitio 
no había nada,
se sentía vivir hasta el delirio en el acto mismo
de contemplar la confusión que lo rodeaba
como una veleta que se abría a cualquier viento en mitad de un tiempo,
hasta no poder más, un hombre respiraba.
El desorden triunfaba.






Capítulo 20      Cortazareandose solo


Con lo que tengo me basta para saber
que cada uno puede irse por su lado.
Es antiestético que andemos los tres
en los tobillos del otro, enredándonos.
Si consigo reunir suficiente heroísmo
para plantarte esta noche o mañana,
yo creo que necesito estar solo, 
y aquí no ha pasado nada.


Irás mucho al cine,
seguirás leyendo novelones,
te pasearás con riesgo de tu vida
en los peores barrios, a las horas peores.
Encontrarás cosas extrañas en la calle,
las traerás, fabricarás objetos.
Wong te enseñará juegos malabares,
Ossip te seguirá reverenciándote a dos metros.


Por supuesto, nos encontraremos mágicamente
en los sitios más extraños.
Como aquella noche en la Bastille
en que yo estaba medio borracho,
vos consolabas a un pederasta
y nos quedamos mirándonos,
o cuando nos encontramos por Quai de Jemmapes
y tenias una moneda en la mano.


Lo bueno de todo esto
es que no le damos calce al radioteatro.
No somos adultos.
Es un mérito pero se paga caro.
Los chicos se tiran siempre de los pelos
después de haber jugado.
Debe ser algo así.
Habría que pensarlo.










Capítulo 62  Unos fantoches

En un tiempo
había pensado
un libro que
quedó en notas sueltas.
La conducta
de los personajes,
psicológicamente,
sería inexplicable.

Un billar
que unos individuos
suscitan sin
Fedras, ni Edipos.
Drama impersonal
en que pasiones
se ven comprometidas
a posteriori.

Electromagnetismo
reacciones en cadena,
transmutaciones,
química cerebral.
Sin proponérselo
ciertos sujetos,
inciden en la química
de los demás.

Esos fantoches
se destrozarían
o se amarían
sin sospechar
que la vida
a través de ellos
la clave
trata de cambiar.

Sería como
una inquietud,
                        desasosiego,
desarraigo;
y los actores
penosamente
se abrirán camino
con un tercer ojo
en la frente.



























Capítulo 28   -Si una lombriz pudiera pensar…

-Si una lombriz pudiera pensar,
pensaría que no le ha ido tan mal.
Lo absurdo es creer que podemos
aprehender la totalidad.
La claridad es una exigencia intelectual
y nada más.-

-Nuestro Club no tiene nada de malo
por eso mismo uno está indefenso.
Los vecinos se  quejan de los ruidos,
de las horas en que vamos y volvemos.-
–No grites. Voy a hacer más café.-
–Dale, che.

Si te pasara eso que es no tener fe
y al mismo tiempo proyectarse hacia la muerte,
se empañaría bastante tu espejo
del optimismo de vivir siempre en presente.-
 –La acción puede darle un sentido a tu vida.-
–¿Mereceré?.

Entre yo y lo que me está pasando
se me escapa la relación.
Esta noche es como un cuadro de Rembrandt
donde apenas brilla luz en un rincón.
Y como hablamos dialécticamente decimos
vos, yo.

Cuando la realidad se satura,
se precipita con toda su fuerza
nuestra única manera de enfrentarla
consiste en renunciar a la dialéctica;
es cuando le soltamos la cadena al perro,
etcétera.

Los milagros no me parecen absurdos.
Lo absurdo es lo que precede y los sigue.
Citaste al que  pensé hace diez minutos
entre millones de versos posibles,
lo que la gente llama la casualidad:
il faut tenter de vivre.

El absurdo es que salgas a la mañana
y encuentres tu pedido en el umbral
y te quedes tan tranquilo por que ayer pasó lo mismo
y mañana te volverá a pasar.
Esa carencia de excepciones
me huele mal.-


En una pieza donde diversos tipos
toman café a las tres de la mañana,
Olivera retrocedió hasta la estufa
y desde ahí miraba y escuchaba.
Llovía y poco a poco se levantaría
el alba.










Capítulo 154

-Ustedes vinieron sin saber quién era yo. 
Personalmente opino que vale la pena que se queden un rato.
La sala es tranquila y el más gritón se calló anoche a las dos.
Mis huesos se quedan aquí, muchachos.

Vine a París porque quería  explorar un poco algunas bibliotecas. 
Vaya uno a saber como se enteraron.
Me duele mucho la espalda.
Ya que vinieron a verme, aprovechando…-


Se olía la agridulce aséptica pulverización de los hospitales,
en la cama estaba el viejo muy instalado,
la nariz como un garfio que se prendiera en el aire
para sostenerlo sentado.

Las manos andaban por su lado, alisando algunas hojas
recogiendo uno a uno los cuadernillos.
 –Esta es la llave del departamento- les dijo Morelli
-Que inmerecido honor – respondieron sorprendidos.


-Todos andamos detrás de la pureza,
reventando las viejas vejigas pintarrajeadas.
Mi libro se puede leer
como a uno se le de la gana…

…hacen un paquete con todo y se lo mandan a Pakú,
editor de libros de vanguardia.
Si se equivocan, a lo mejor queda perfecto.
Una broma del alado hacedor de añagazas.-


Se iba a morir sin terminar el juego,
lo malo era que todavía faltaba tanto.
Unos pocos podían acercarse a esas tentativas
sin creerlas un nuevo juego literario.






Capítulo 92   Un nuevo mar, un diferente oleaje 

Y todo el tiempo de esa alegre embriaguez
había esperado algo como un despertar,
un ver mejor lo que lo circundaba
o las razones de cualquiera de sus actos,
sin comprender que limitarse a esperar
abolía toda posibilidad real
condenándose por adelantado
a un presente estrecho, nimio.


Ahora se daba cuenta de que en los momentos
más altos del deseo no ha sabido
meter la cabeza y atravesar la ola
del fragor fabuloso de la sangre.
Fracasar con Pola era repetir
innúmeros fracasos de otras veces,
un juego que se pierde al final
pero que ha sido bello jugar.


Habituado a los ritmos de la Maga,
un nuevo mar, un diferente oleaje
lo arrancaba a los automatismos,
parecía denunciar su soledad.
Encanto y desencanto de pasar
de una boca a la otra y sentir
que la curva es diferente, o un tendón
se crispa en el esfuerzo por besar.


Acariciar una cadera más ceñida,
los senos cantan de otro modo,
bajar la cabeza para encontrar la boca,
tener que alargarse un poco más.
Todo hay que inventarlo otra vez,
nada coincide siendo todo igual.
El peso, el olor, el tono de una risa,
todo nace de nuevo siendo inmortal.

El amor juega a inventarse, huye de si mismo
para volver en sobrecogedora espiral.
Las claves y las cifras van a nacer de nuevo,
nada coincide siendo todo igual.








Capítulo 107   Dicha estatua 

La mejor
cualidad de mis antepasados
es la de
estar muertos;

espero
modesta pero orgullosamente
el momento
de heredarla.

Tengo amigos
que no dejarán de hacerme
una
estatua


en la que
me representarán tirado
boca abajo
en el acto

de asomarme
a un charco
con auténticas
ranitas.

Echando una moneda en una ranura
se me verá
escupir
en el agua,


y las ranitas
se agitarán alborozadas
y croaran durante
un minuto y medio,

tiempo
suficiente
para que pierda
todo interés


la estatua
dicha estatua
mi dicha estatua





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